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Solamente cuando el último arbol esté muerto, el último río esté envenenado y el último pez esté atrapado, entenderemos que no se puede comer el dinero. No soporto la violencia, la mentira, la injusticia ni la hipocresía, intento no etiquetar y que no me etiqueten, me indigna que se clasifique a las personas como si fueramos una mercancía que hay que vender a toda costa. La infinidad de sutiles rasgos que conforman nuestro caracter és lo que nos hace únicos para bien ó para mal.

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29 de junio de 2009

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Washoe y la voluntaria

Esta es una de esas historias que hacen que el dicho :
" cuanto más conozco a los hombres más me gustan los animales"
tenga más razón cada día que pasa........

Cuando la NASA acabó sus trabajos con chimponautas, a principios de los 60, cedió a la chimpancé Washoe a los Gardner, un matrimonio de psicólogos que quería realizar un experimento con chimpancés consistente en introducirla en un ambiente humano en el que solo se hable lenguaje de sordomudos. El experimento fue un éxito ya que gracias a la posibilidad de hablar con un chimpancé se pudieron averiguar muchas cosas que no es el momento de explicar ahora. En ese trabajo colaboró un joven becario llamado Roger Fouts. Cuando Washoe cumplió 6 años se empezó a hacer difícil de manejar en un hogar; así que los Gardner no tuvieron más remedio que entregarla a un centro de cría de chimpancés para suministrar a laboratorios. Roger no quiso dejarla sola y marchó con ella. La vida que vivieron en aquél centro de Oklahoma fue un infierno que terminó cuando Roger, aprovechando el embarazo de Washoe, cons iguió un traslado, para ambos, a la Universidad de Washington donde quería demostrar que los chimpancés tienen cultura y como tal pueden pasarla de padres a hijos. La idea de Roger era dejar a Washoe sola con su cachorro y mientras la vigilaba por un circuito cerrado de televisión y ver si ella le enseñaba lenguaje de signos a su pequeño y que tipo de conversaciones tendrían sin presencia humana. P ero, poco antes de partir, Washoe perdió a su bebé. Sin embargo la Universidad de Washington interesada en el experimento consiguió un jovencito llamado Loulis y lo ofreció para que Washoe lo adoptara. El experimento fue un éxito y detalle de él ya contaré en otra ocasión.La cuestión es que Roger Fouts es actualmente codirector del Instituto para la Comunicación entre Chimpancés y Humanos, en la Universidad de Washington describ e una interacción entre la chimpancé Washoe y una voluntaria que trabajaba con ella cada día. Esta voluntaria era la favorita de Washoe; probablemente porque estaba embarazada y Washoe gustaba de preguntar por el futuro bebé de su amiga humana. Un día la voluntaria dejó de visitar a Washoe y cuando semanas después regresó, Washoe mostró su enfado dándole la espalda y marchándose a la esquina opuesta de la habitación. La voluntaria la llamó repe tidas veces sin conseguir que le hiciera caso. Al final, la voluntaria le dijo

- Washoe, ¿estas enfadada?. No he podido venir antes... mi bebé murió.

Washoe se giró, la miró y le preguntó (con lenguaje de signos)

-¿Lloras?.

La voluntaria, asintió con la cabeza y Washoe le dijo:

- Por favor, persona, abraza.Se fue hacia ella y se abrazaron.

Dos mujeres de distinta especie se abrazaron y consolaron porque las dos habían pasado por lo mismo y cada una de ellas comprendía el dolor de la otra. Esto se llama empatía, y los chimpancés lo tienen, como los humanos.

Fuente : Proyecto Gran Simio

Si quereís conocer más sobre esta emocionante historia os invito a pasar a otro "espacio" en el que colaboro ....

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