
Las características de la encomiable iniciativa de la organización humanitaria más veterana muestran a las claras la profundidad de los efectos de la crisis en los sectores más desfavorecidos, cuya vulnerabilidad aumenta a medida que la recesión se prolonga. En el 2008, las personas atendidas en Catalunya por la Cruz Roja aumentaron un 10%, y este año se prevé que el incremento sea del 20%. Muchas de esas personas es la primera vez que se ven obligadas a recurrir a la ayuda de los servicios sociales. Un dato más complementa este desolador panorama: en Catalunya unas 300.000 personas viven en hogares en los que no entra ningún salario ni prestación económica, y la cifra se incrementará en el futuro.
El vigor de una sociedad se mide también por su capacidad de afrontar dificultades, y en este sentido la Cruz Roja es una buena muestra. No solo por el plan que ayer anunció, sino porque en el último año, coincidiendo con el aumento de la crisis, sus socios aumentaron un 3,17%. Este auge de la solidaridad ciudadana es lo que pidió ayer otra entidad de labor encomiable, la Fundació Pere Tarrés, para poder mantener en funcionamiento los centros que evitan la exclusión social de 3.000 niños y adolescentes. Merece la pena que lo logre.
Kits contra la exclusion | El Periodico de Catalunya
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